Act&uacute;a. Dirige. Materna. Y escribe. La exploradora de lenguajes a trav&eacute;s de los cuales expresarse publica su segundo libro: Intimidad, y confiesa las propias.&nbsp;

&ldquo;Intimidad ans&iacute;a un lector que a&uacute;n no haya sido arrastrado por el apuro demencial de nuestra &eacute;poca&rdquo;, escribe Celeste Cid al comienzo su nuevo libro, publicado por Emec&eacute;. Tambi&eacute;n con este aire conversa, buscando entre palabras lo que quiere decir, con la destreza&nbsp;de las personas que han sabido cultivar sus espacios personales y florecer en ese cuarto propio que imagin&oacute; Virginia Woolf.&nbsp;
La protagonista de Planners comenz&oacute; su carrera a los doce a&ntilde;os, fue madre a los diecinueve, dirigi&oacute; cortometrajes, actu&oacute; en televisi&oacute;n, pel&iacute;culas y series, public&oacute; dos libros, fund&oacute; su propia marca de ropa. Y se construy&oacute; como una lectora vivaz que siempre encuentra alg&uacute;n club de lectura donde participar. Nunca hizo un taller de escritura; es una autodidacta entrenada por su mirada lectora. Una toma de posici&oacute;n que la describe como persona y como artista en esta &eacute;poca de extrema exhibici&oacute;n: &ldquo;Me gusta una frase de Alejandra Pizarnik que le&iacute; cuando era chica: mirar en vez de ser mirada. Yo siento que hay dos partes m&iacute;as: la que act&uacute;a, que es mirada, y la otra, a la que le gusta escribir, que observa&rdquo;.&nbsp;
Este a&ntilde;o, despu&eacute;s de estar dedicada a la publicaci&oacute;n de Intimidad, Celeste Cid se prepara para volver a actuar. Tiene tres proyectos de pel&iacute;culas en marcha, ya se dispone a rodar en Argentina, Chile y Uruguay.&nbsp;&nbsp;
Es en los acontecimientos de la vida cotidiana &ndash;dos personas que toman caf&eacute; bajo un juego de luces y sombras&ndash; donde Celeste ve escenas, historias, texturas. Su casa est&aacute; llena de flores.&nbsp;
L&rsquo;OFFICIEL: &iquest;Qu&eacute; simbolizan las flores para vos?&nbsp;
CELESTE CID: Hace bastantes a&ntilde;os mi mam&aacute; me cont&oacute; que mi abuela vino muy chica desde Croacia y su &uacute;nico recuerdo de la islita donde naci&oacute; eran las flores, los colores de las flores. Cuando me lo dijo sent&iacute; un hilo rojo que un&iacute;a esa charla con mi abuela en esa isla de flores. Como un legado, una imagen de lo materno, de lo femenino. Una memoria po&eacute;tica. Mi casa est&aacute; llena de flores. Me dan alegr&iacute;a.&nbsp;
L'O: Fuiste madre dos veces en momentos muy diferentes de tu vida. &iquest;C&oacute;mo pens&aacute;s en esa figura, en ese aprendizaje?&nbsp;
CC: Cuando lo tuve a Andr&eacute; era muy joven y ya trabajaba desde los 12 a&ntilde;os, era como una peque&ntilde;a adulta y a la vez no. Yo no tuve mucha relaci&oacute;n con mi mam&aacute;, fue una figura bastante relacionada a la falta. Entonces para m&iacute; ser mam&aacute;&nbsp;tiene que ver con construir algo que no tuve. Un lugar de mucho amor. Me encanta porque son pibes redistintos y &eacute;pocas redistintas. Es mi rol favorito en el mundo.&nbsp;

&ldquo;Sentimos que si no estamos en las redes sociales nos estamos perdiendo algo&rdquo;.&nbsp;

L'O: &iquest;C&oacute;mo cambi&oacute; la forma de relacionarte con tu oficio a lo largo de los a&ntilde;os?&nbsp;
CC: &nbsp;No lo separar&iacute;a del aprendizaje de vida. Actuar es poner en escena una observaci&oacute;n y una elaboraci&oacute;n de esa observaci&oacute;n. Cuando uno es ni&ntilde;o mira la vida con determinados ojos y con el tiempo esa mirada se transforma. Nunca fui la t&iacute;pica nena que en los cumplea&ntilde;os era el centro de la escena. Por el contrario, estaba m&aacute;s al costado, era bastante t&iacute;mida. En ese sentido, la actuaci&oacute;n me abri&oacute; las puertas para poner a funcionar eso de modo productivo. Volver un oficio lo que observaba. Y por eso es el lugar donde hago pie, un lugar de rescate. Somos seres que estamos mirando todo el tiempo. Las redes sociales son el mejor ejemplo. &iquest;Qui&eacute;nes somos ante la mirada de ese otro? &iquest;Qui&eacute;n creemos que es ese otro que mira? Yo no soy la de Instagram; es una parte, s&iacute;, pero mis zonas m&aacute;s vulnerables y cotidianas quedan puertas adentro.
L'O: &iquest;C&oacute;mo viv&iacute;s esa vulnerabilidad, ese v&eacute;rtigo de la interpretaci&oacute;n, pasar de un personaje a otro, la constante exposici&oacute;n?
CC: En ese v&eacute;rtigo est&aacute; la clave. En definitiva, uno hace lo que hace para reencontrarse con ese lugar donde no hay tantas certezas. Dijiste la palabra interpretaci&oacute;n y pens&eacute; en Guillermo Ghio, un gran maestro. Ambos somos fan&aacute;ticos de las etimolog&iacute;as. Interpretaci&oacute;n significa &ldquo;mediaci&oacute;n&rdquo; entre distintas formas de expresi&oacute;n. Para m&iacute; la actuaci&oacute;n es poner el cuerpo a eso que pasa entre las palabras, entre lo discursivo y lo que no se dice. Ese misterio es la parte que m&aacute;s me divierte. Desde chica siento que cada personaje llega para mostrarme algo.&nbsp;
L'O: &iquest;Para vos la literatura est&aacute; relacionada con lo &iacute;ntimo?
CC: S&iacute;, puede ser. Al mismo tiempo, me gusta leer en voz alta. No soy la que te cuenta las series, soy la que te lee el libro. El otro d&iacute;a me junt&eacute; con un amigo y le contaba las escenas de Madame Bovary, lo estoy leyendo. Tambi&eacute;n esto me lleva a la infancia: recuerdo leerle a mi hermano. Despu&eacute;s le le&iacute; a Andr&eacute;, y con Anton estamos con Harry Potter, todas las noches avanzamos un cap&iacute;tulo. Es una manera de poner el cuerpo en la literatura tambi&eacute;n. Es un espacio de encuentro con la imaginaci&oacute;n, con el contacto.
L'O: &iquest;Qu&eacute; pasa con el amor y el deseo en estos tiempos l&iacute;quidos?&nbsp;
CC: Para m&iacute; es una era que le escapa a la intimidad. Y vuelvo a las redes sociales porque me parece muy contundente. La sensaci&oacute;n de que nos estamos perdiendo algo si no estamos, y en realidad es cualquier cosa lo que est&aacute; pasando ah&iacute;. Pareciera que si no est&aacute;s, si no te mostr&aacute;s, se van a olvidar de vos. Eso genera ansiedad, esa b&uacute;squeda de ser aceptado, de que nos quieran. Y en ese querer que te quieran pod&eacute;s perder lo singular. Hay un libro de Joseph Campbell El h&eacute;roe de las mil caras que habla de esto, de la traves&iacute;a del alma, de ir en busca de la aventura, de perderse. Quiz&aacute;s perdernos tambi&eacute;n implica darnos cuenta de que queremos que nos quieran por lo que somos, y no por la c&aacute;scara.&nbsp;
L'O: &iquest;C&oacute;mo te relacionas con la tristeza y con la alegr&iacute;a? &iquest;De qu&eacute; manera se van resignificando?
CC: Hace cuatro meses falleci&oacute; mi pap&aacute; de c&aacute;ncer, y fueron meses de una angustia letal. Hay algo de enfrentarse con la muerte que tambi&eacute;n viene a decir &ldquo;che, mir&aacute; que se acaba&rdquo;. La alegr&iacute;a es para agarrarla de la mano, no soltarla y agradecer. Fueron meses terribles que a la vez tuvieron momentos de mucha alegr&iacute;a. No s&eacute; c&oacute;mo decirlo. Entender que es parte de la vida. Lo extra&ntilde;o mucho a mi pap&aacute;, y a la vez hay una parte de &eacute;l que est&aacute; conmigo, que me sigue ense&ntilde;ando. A veces las cosas tristes son las que te vienen a traer como un vientito saludable. Te ordenan.&nbsp;

Fotograf&iacute;as: Paloma Mendez. Estilismo: Lucila Rivero. Maquillaje: Bettina Frumboli con productos Lanc&ocirc;me. Peinado: Corla Nation. Producci&oacute;n: Antonella Deferrari y Luli Rivero para iesCreative. Asistentes de estilismo: Nazarena Pavone y Mariana Menta. Agradecimiento: Victoria Kon.

Celeste Cid en L´Officiel Argentina

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