Los colectivos de mujeres parten de intereses comunes y van en busca de conquistas extraordinarias. 

Las mujeres armamos colectivos, grupos de mensajer&iacute;a, para avanzar y contenernos. Redes, alianzas que derriben las vallas de una estructura patriarcal que se impone en cada estamento de la sociedad. La hermandad de g&eacute;nero demostr&oacute; haber sido un m&uacute;sculo imbatible para iniciar movimientos &ndash;como el <a href="http://niunamenos.org.ar/">#NiUnaMenos</a> o el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Me_Too_(movimiento)">#MeToo</a>&ndash; que denuncian y buscan combatir, entre otras inequidades, la violencia de g&eacute;nero y sexual, el acoso y el abuso de poder.

Gracias a esta forma de construcci&oacute;n social femenina &ndash;y feminista&ndash;, y con el envi&oacute;n de las redes sociales, surgieron en los &uacute;ltimos a&ntilde;os colectivos que unieron sus voces, como #AhoraQueNosVen. Actrices, periodistas, cient&iacute;ficas, economistas, deportistas, cirujanas, publicitarias, profesionales de inform&aacute;tica y, m&aacute;s recientemente, &ldquo;mujeres gobernando&rdquo;, grupo del actual Poder Ejecutivo Nacional, donde por supuesto no faltan integrantes del primer <a href="https://www.argentina.gob.ar/generos">Ministerio de las Mujeres, G&eacute;neros y Diversidad</a>. Uno de sus ejes: transformar &ldquo;la manera misma en la que se ejerce el poder&rdquo;, seg&uacute;n declar&oacute; una de sus integrantes. Porque saben que es muy dif&iacute;cil que las mujeres puedan o quieran acceder a cargos de conducci&oacute;n pol&iacute;tica si eso implica &ldquo;reventar la vida privada&rdquo; (sic). &ldquo;No todas pueden reunirse desde las 8 de la ma&ntilde;ana hasta las 11 de la noche &ndash;afirm&oacute; Cecilia Todesca, vicejefa de Gabinete del gobierno nacional&ndash;. Para las que tenemos familia, eso supone que tiene que haber alguien m&aacute;s que se ocupe de todo lo familiar&rdquo;.

Pionera en perspectiva de g&eacute;nero, la neurocient&iacute;fica Silvia Kochen es una de las fundadoras en 1994 de la <a href="http://www.ragcyt.org.ar/">Red Argentina de G&eacute;nero, Ciencia y Tecnolog&iacute;a</a> (Ragcyt), junto a la investigadora Ana Mar&iacute;a Franchi, presidenta del directorio del Conicet, y la doctora en Filosof&iacute;a Diana Maff&iacute;a. &ldquo;La red se constituy&oacute; a partir de la Conferencia de Beijing. Lo primero que quisimos saber fue qu&eacute; pasaba con las mujeres en el Conicet. Como no hab&iacute;a datos discriminados por sexo, usamos un artilugio: cada nombre del listado de integrantes del consejo ten&iacute;a el CUIT, el de los hombres comenzaba en 20 y el de las mujeres en 27; entonces creamos una base de datos y supimos cu&aacute;ntas &eacute;ramos, posiciones, rangos y disciplinas. Y de manera dura y pura nos enteramos que ah&iacute;: una investigadora sabe que si va a tener un hijo, la esperan m&aacute;s dificultades y que no siempre hay un hombre que acompa&ntilde;a&rdquo;.

Visibilizar esta situaci&oacute;n fue un camino de ida, porque al demostrarla, deja de ser una percepci&oacute;n y pasa a ser una pol&iacute;tica p&uacute;blica. A partir de este registro, Ragcyt impuls&oacute; el pedido de medidas de discriminaci&oacute;n positivas.&nbsp;&ldquo;Tuvimos un apoyo muy importante con la incorporaci&oacute;n de Dora Barrancos al directorio del consejo &ndash;aporta Kochen&ndash;. Logramos que se contemplen la licencia por maternidad para las becarias y la extensi&oacute;n de los tiempos de en- tregas de informes y tesis para investigadoras que hab&iacute;an sido madres recientemente. Tambi&eacute;n vimos &ndash;esto es un an&aacute;lisis que a&uacute;n no publicamos&ndash; que a igual posici&oacute;n hay m&aacute;s varones casados con hijos que mujeres. Eso pone de relieve que no hay una elecci&oacute;n ah&iacute;: una investigadora sabe que si va a tener un hijo, la esperan m&aacute;s dificultades y que no siempre hay un hombre que acompa&ntilde;a&rdquo;.

La tecnolog&iacute;a era la esperanza&nbsp;de igualar el terreno, pero pronto se volvi&oacute; una falacia. El mism&iacute;simo Silicon Valley se convirti&oacute; en un hervidero de denuncias. La periodista de Bloomberg TV, Emily Chang, fue una de las que en 2018 pinch&oacute; el globo con su libro Brotopia (&lsquo;bro&rsquo; de brothers), revelando que el networking se hac&iacute;a en las casas de los CEO en medio de fiestas orgi&aacute;sticas y que los negocios se cerraban en clubs de strippers. Virginia Barros es licenciada en Sistemas y una de las fundadoras de <a href="https://www.facebook.com/lasdesistemas/">[Las] de Sistemas</a>, una comunidad feminista que trabaja para visibilizar y potenciar mujeres, lesbianas, trans y no binarias en la ciencia de la programaci&oacute;n y la tecnolog&iacute;a de informaci&oacute;n. &ldquo;Necesitamos ser m&aacute;s en la industria. Solo representamos el 20%, por eso damos orientaci&oacute;n sobre ofertas acad&eacute;micas y creamos un directorio de especialistas para sortear la excusa &lsquo;no hay mujeres que hablen de&rsquo;&rdquo;, se&ntilde;ala.

Lo mismo ocurre en los mensajes publicitarios con la reproducci&oacute;n de estereotipos. En este &aacute;mbito, pusieron manos a la obra desde <a href="https://publicitarias.org/">Publicitarias.org</a> en 2017. &ldquo;El 79% del consumo lo manejamos nosotras, pero solo ocupamos el 11% de las direcciones creativas. Buscamos m&aacute;s diversidad en los equipos, no solo m&aacute;s paridad sino m&aacute;s heterogeneidad de clase, color de piel, identidad de g&eacute;nero. Y m&aacute;s perspectiva, porque a veces hay avisos muy violentos hechos por equipos de mujeres&rdquo;, explica Melanie Tobal (30), fundadora y directora general.

Se trata de un cambio de las concepciones generales sobre las relaciones entre varones y mujeres en cada espacio p&uacute;blico y privado. Y esto reci&eacute;n comienza. La fuerza que tiene la paridad, la hermandad, es imbatible, en cualquier aspecto de la vida&rdquo;.

Armar alianzas, una estrategia femenina y feminista

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