Moda

Verónica Santesteban: resignificar la historia

Verónica Santesteban es psicóloga de formación. Un taller de arte con el pintor Carlos Gorriarena facilitó su vínculo con la creatividad y está en el origen de su propia marca de marroquinería. Entrevista a una coleccionista.

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La conversación está pautada en las nuevas oficinas de Santesteban.  Predominan el blanco, las líneas depuradas y los objetos exquisitos. Ya en el espacio personal de Verónica –fundadora y directora creativa de la etiqueta– se reconoce su sensibilidad: el mobiliario vintage convive con largas piezas de chaguar tejidas en telar, un antiguo reloj Cartier, un par de zapatos de sus primeras colecciones con firma de Polesello, entre otras tantas piezas únicas. 

Santesteban lleva más de veinte años en el mercado local, exporta y produce para marcas internacionales. Tiene una boutique en galería Promenade y cada temporada renueva su propuesta de calzado y accesorios. Los inicios, el savoir faire, la fascinación por el chaguar y el universo de Anna et Camille, el último proyecto junto a Dolores Trull, en este diálogo.

L´OFFICIEL: ¿Cuál es tu primer recuerdo vinculado al diseño? 

VERONICA SANTESTEBAN: Mi abuelo vino de Rusia en su adolescencia para reencontrarse con su padre. Su madre había muerto en la revolución y lo había adoptado uno de sus tíos que tenía una fábrica metalúrgica. Cuando llega a Argentina empieza a trabajar en talleres de joyería, incluso llega a tener el suyo. De niña yo jugaba ahí, con los dijes y las cadenas que tenía sobre las bandejas de trabajo. Veía la fundición, los baños en oro de las joyas, me fascinaba. También, claro, me disfrazaba con las carteras y zapatos con plumas de mi abuela. Quién soy hoy hace que se resignifiquen esas experiencias de mi infancia.

L´O: ¿Siempre fuiste a la búsqueda del objeto de colección? 

VS: Al comienzo mis creaciones eran pequeñas joyas porque eran series limitadas con materiales antiguos como broches, hebillas, prendedores, telas que yo buscaba entre los anticuarios de San Telmo. Después el proyecto fue creciendo, las colecciones son cada vez más grandes, pero aún conservan mucho de una joya, como las piedras, el baño en oro o el herraje artesanal.

L´O: Como tus series con chaguar

VS: El encuentro con el chaguar vino a reafirmar algo que estuvo siempre: que en Santesteban cada pieza es única. En cada chaguar está la historia de la artesana que lo hizo. Encontrarme con las técnicas textiles milenarias me vuelve a conectar con los saberes que se transmiten de generación en generación.

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Fotos: Nicolás Vera

“El proyecto fue creciendo, las colecciones son cada vez más grandes, pero aún conservan mucho de una joya, como las piedras, el baño en oro o el herraje artesanal”

L´O: ¿Cómo inicias tu proceso creativo?

VS: Por los materiales. Yo no vengo del diseño, vengo de otro mundo; tiro todos los elementos en una mesa de trabajo y, a partir de ahí, armo. El color también es muy significativo. Tal vez tiene que ver con mis clases de arte con Carlos Gorriarena,

L´O: Además de Santesteban, llevás adelante con Dolores Trull Anna et Camille, una línea de básicos de lujo donde se pueden encontrar prendas de cuero italiano, suéteres tejidos a mano y pashminas de cachemira. ¿Cómo es esa experiencia?

VS: ¡Nos divierte mucho! Dolores es una persona que quiero y siempre pensamos en hacer algo juntas. Como tenemos nuestras marcas instaladas con nuestros nombres propios, decidimos ponernos uno de fantasía, que pertenezca a una mujer que nos marcó. Dolo, que es rockera, eligió a Tina Turner que se llama Anna. Yo estuve muchos años en un grupo de arte y psicoanálisis trabajando sobre las mujeres y la creación, y elegí investigar a la escultora Camille Claudel. Fueron dos años escribiendo sobre ella, viajé a París, me contacté con la familia. Un día dije basta, quiero pasar por la experiencia de la creación y fue cuando llamé a Gorriarena. Para mí Camille es un referente que me trajo hasta acá. Por eso la elegí.

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