Julieta Correa comparte el proceso de escritura de su libro &iquest;Por qu&eacute; son tan lindos los caballos? (Rosa Iceberg, 2024).

&ldquo;&iquest;Lo que no se puede nombrar, existe?&rdquo; se pregunta Julieta Correa en &iquest;Por qu&eacute; son tan lindos los caballos? (Rosa Iceberg, 2024), un libro que reconstruye, en breves y preciosos fragmentos, a su madre Sari, una mujer genial que pierde el lenguaje debido a una demencia frontotemporal que avanza con una velocidad fulminante sobre su vida. Julieta va recogiendo lo que pierde su madre: una manera de decir, un recuerdo. Lee sus diarios con dedicaci&oacute;n, la cuida como si fuera un arte y en todos estos actos va trazando un camino de migas que la lleva a nombrar lo que su madre ya no puede. M&aacute;s que un relato de la enfermedad y el duelo, &iquest;Por qu&eacute; son tan lindos los caballos? es un altar. En conversaci&oacute;n con L&rsquo;Officiel, Julieta Correa comparte el proceso de escritura de este libro.&nbsp;
L&rsquo;Officiel: &iquest;Escribir y publicar un libro era un proyecto que ten&iacute;as en tu horizonte? &iquest;O fue vivir esta experiencia lo que te impuls&oacute; a la escritura?
Julieta Correa: A m&iacute; siempre me gust&oacute; escribir, me hac&iacute;a unas ilusiones relativas escribir y publicar un libro. Sobre todo por la relaci&oacute;n con los libros. Puede parecer una frase muy tonta, pero para m&iacute; los libros son lo m&aacute;s importante que hay, entonces bordeaba esa posibilidad. Tambi&eacute;n la escritura, la lectura y la literatura siempre estuvieron muy asociados a mis dos padres, que para mi son muy geniales y a pesar de que son, o bueno, eran y son, las personas m&aacute;s lectoras que conozco, nunca hab&iacute;an publicado nada aunque escrib&iacute;an, entonces me parec&iacute;a que tambi&eacute;n era una posibilidad.&nbsp;
L&rsquo;O: &iquest;Cu&aacute;les fueron las lecturas que te acompa&ntilde;aron y te ayudaron a construir este libro?
J.C: Me pas&oacute; durante todo este proceso algo muy gracioso, bueno, no es gracioso para nada (risas), tiene su particularidad que es que todo el proceso de escritura del libro estuvo muy acompa&ntilde;ado por el proceso de enfermedad y muerte de mi madre entonces la relaci&oacute;n con la escritura y la lectura ten&iacute;a mucho de acompa&ntilde;amiento terap&eacute;utico o espiritual. En ese tren yo le&iacute;a no tanto para escribir sino para entender qu&eacute; sent&iacute;a. Le&iacute; muchos libros sobre madres y sobre enfermedad. Me gust&oacute; mucho uno que sac&oacute; una joven argentina que se llama Ansilta Grizas que es sobre el alzheimer del padre y se llama Un temporal. Me gust&oacute; que no era solemne, que es algo que yo buscaba: no dramatizar, ni en la vida ni en el texto. Cuando le di la primera versi&oacute;n de lo que yo hab&iacute;a escrito a Marina Yuszczuk, editora de Rosa Iceberg, ella me dijo &ldquo;le&eacute; el libro de Delphine de Vigan, Nada se opone a la noche y Patrimonio, de Philip Roth&rdquo;. Despu&eacute;s le&iacute; el de Marina Mariasch, Desarticulaciones, y El com&uacute;n olvido, de Sylvia Molloy, a Gabriela Massuh, el de Barthes del duelo. Me produc&iacute;an tambi&eacute;n un poco de enojo, el de Barthes, que bueno es un genio y su libro es muy obra de un genio entonces pone muy poco y yo pensaba &ldquo;no te pasa esto&rdquo; o &ldquo;dej&aacute; de quejarte&rdquo;. Pero me hac&iacute;a bien leerlos. Tambi&eacute;n es alguien con quien conversar.&nbsp;

L&rsquo;O: Me pareci&oacute; muy interesante c&oacute;mo trabajaste con la idea de que la neuro divergencia tiene l&iacute;mites muy difusos &iquest;cu&aacute;ndo empez&oacute;? &iquest;qu&eacute; parte es Sari y qu&eacute; parte es su demencia? En un momento, por ejemplo, te pregunt&aacute;s por el hecho de que tu mam&aacute; no trabajaba, que antes pensabas que era algo que simplemente le quedaba c&oacute;modo, y a medida que fuiste entendiendo m&aacute;s de su enfermedad, pens&aacute;s que quiz&aacute;s no pod&iacute;a. &iquest;Qu&eacute; otras cosas se resignificaron para vos con su enfermedad?
J.C: La pregunta del trabajo me la sigo haciendo, porque una nunca sabe. Es una l&iacute;nea de pensamiento que a m&iacute; me queda c&oacute;moda para resignificar una vida que hoy puedo observar con distancia, pero al fin y al cabo no s&eacute; qu&eacute; hubiera pasado en otras condiciones, si ella hubiera tenido que trabajar para mantenerse. Cosas que se resignifican con la enfermedad: much&iacute;simas. Mi mam&aacute; era una persona que no estaba preparada o no ten&iacute;a comportamientos sociales tan claros. Ten&iacute;a una relaci&oacute;n con la maternidad distinta, no necesariamente se ocupaba de sus hijos como se ocupan otras mam&aacute;s. Yo me daba cuenta desde chica que no se comportaba como otras mujeres que yo conoc&iacute;a, en t&eacute;rminos de la ropa que se pon&iacute;a, las decisiones que tomaba, las palabras que usaba, c&oacute;mo se dirig&iacute;a a los chicos, las cosas que ten&iacute;a ganas o no ten&iacute;a ganas de hacer. A nosotros siempre nos parec&iacute;a que ella era un poco loca y un poco artista, pero ten&iacute;a el lado b de eso, quiz&aacute;s asociado a su enfermedad o a condiciones previas o quiz&aacute;s simplemente un rasgo de su personalidad, que la hac&iacute;an ser muy disfuncional para la vida en sociedad.
L&rsquo;O: En un momento cont&aacute;s que en tu familia hab&iacute;a bipolaridad, esquizofrenia, parkinson, pero para vos eran &ldquo;raros&rdquo;. &iquest;De qu&eacute; maneras cre&eacute;s que el nombre nos ayuda a entender la enfermedad?
J.C: Los tratamientos m&aacute;s precisos se desencadenan a partir de un nombre. Sino todo es medio a ciegas. Las enfermedades neurol&oacute;gicas, en particular, son todav&iacute;a un gran misterio. Pero tiene algo de un consuelo&hellip; no s&eacute; si es religioso la palabra, pero algo medio, no quiero decir la palabra espiritual por segunda vez en diez minutos porque es raro (risas). Un consuelo que tiene que ver con saber que hay algo m&aacute;s en concreto que est&aacute; por fuera de uno y su voluntad, su mala acci&oacute;n, lenta reacci&oacute;n. Porque siempre est&aacute; la posibilidad tambi&eacute;n de que no la hubi&eacute;ramos cuidado bien, que ella no hubiese entendido. Y una vez que se hace un an&aacute;lisis f&iacute;sico que detecta que hay una mancha en una parte del cerebro que no deber&iacute;a haber y eso implica que es una demencia que se llama as&iacute;, se corta esa especulaci&oacute;n. Eso relaja.

L&rsquo;O: Es muy poderoso el montaje que hac&eacute;s. M&aacute;s all&aacute; de la cronolog&iacute;a de la enfermedad, los contrastes entre fragmentos, del humor a la tragedia en una p&aacute;gina, son muy potentes. &iquest;C&oacute;mo fuiste trabajando esa estructura?
J.C: Cuando mam&aacute; se enferm&oacute;, empec&eacute; a anotar estas frases que dec&iacute;a de una manera singular, obviamente anot&eacute; algunas y lamento todo el tiempo no haber anotado otras porque son una manera de recordarla y era muy lindo. Cuando ella pas&oacute; a ser esa otra persona, despu&eacute;s del brote, yo me entusiasm&eacute; mucho con esa nueva persona que estaba siendo ella de repente. Despu&eacute;s a los dos a&ntilde;os, segu&iacute;a juntando ese material y empec&eacute; a pensarlo como un proyecto. Y ah&iacute; pens&eacute; en c&oacute;mo darle una forma. Junt&eacute; treinta p&aacute;ginas y le habl&eacute; a Marina a ver si ten&iacute;a alg&uacute;n destino ese archivo y ella me recomend&oacute; esos dos libros y me hizo algunas sugerencias. Empec&eacute; a separarlo en bloquecitos, creo que un poco por el tema, que tiene que ver con esta fragmentaci&oacute;n y p&eacute;rdida del lenguaje. Pero tambi&eacute;n por una especie de incapacidad narrativa. Yo no quer&iacute;a que fuese ni un relato de su muerte ni un relato solamente de su enfermedad. Quer&iacute;a que apareciera m&aacute;s ella como era. Y me interesaba que hubiera humor porque hubo mucho humor tambi&eacute;n durante el proceso, porque mam&aacute; era muy divertida. Mi relaci&oacute;n con la enfermedad siempre estuvo muy atravesada por el humor, en parte como estrategia y tambi&eacute;n porque as&iacute; lo viv&iacute;a naturalmente. Esto que me pas&oacute; tantas veces de mostrarle fotos y ella iba reconociendo a todos pero cuando aparec&iacute;a yo dec&iacute;a &ldquo;nadie&rdquo; y yo pensaba &ldquo;la concha de la lora&rdquo; (risas), pero a la vez me daba mucha risa, yo pensaba &ldquo;muy para mi psic&oacute;loga&rdquo;.&nbsp;
L&rsquo;O: La enfermedad es una gran met&aacute;fora a veces. Lo que cont&aacute;s con respecto a la mano cerrada de Sari, como si estuviera aferr&aacute;ndose a algo. &iquest;Interpretar era algo cotidiano o vino despu&eacute;s, con la escritura?
J.C: De eso puntual, me di cuenta escribiendo. No digo que sea as&iacute;, porque una nunca sabe. Pero me parec&iacute;a obvio. Ella estaba haciendo fuerza y hab&iacute;a algo que se le estaba yendo. Empez&oacute; un enero y fue terrible el deterioro f&iacute;sico despu&eacute;s. Vos le dabas la mano y ella dejaba una cosita imaginaria y reci&eacute;n ah&iacute; te agarraba. No es que yo en ese momento haya pensado &ldquo;claro, est&aacute; aferr&aacute;ndose a las palabras&rdquo;, pero cuando lo escrib&iacute; dije &iquest;ser&aacute;? Despu&eacute;s otro descubrimiento que tambi&eacute;n tuvo que ver con la escritura fue esto de que las palabras segu&iacute;an estando en su cabeza y lo que no pod&iacute;a era hacerlas salir de su cuerpo. Que no tiene ning&uacute;n sustento m&eacute;dico, pero es una idea sobre c&oacute;mo se conserva la memoria.

Un altar

Entradas recomendadas

Moda

En clave sostenible

Arte y cultura

Cinco minutos para conocer a Vivian Suter

Arte y cultura

Agenda cultural

Belleza

Cinco minutos con el perfumista Alberto Morillas

Arte y cultura

Tres obras sobre la tradición

Arte y cultura

Arte contemporáneo en Estambul

Arte y cultura

Cuenta regresiva

Moda

Detenerse