&iquest;C&oacute;mo advertir si un producto en verdad no da&ntilde;a el planeta ni a su gente? Sugerencias para encender las alertas.

Desde aquellos lejanos d&iacute;as de Primavera silenciosa &ndash;el libro de Rachel Carson que alert&oacute; hace m&aacute;s de medio siglo sobre la debacle ambiental en ciernes&ndash; y el Manifiesto ecologista, la conciencia ambiental no ha hecho m&aacute;s que crecer. Hoy hasta los chicos reparan en cuestiones que antes habr&iacute;an pasado inadvertidas (&iquest;esta cucharita es de pl&aacute;stico? &iquest;Trajimos bolsa para la compra?) y entre los adultos cada vez m&aacute;s consumidores piensan, aunque sea por un instante, en el impacto de su consumo sobre la naturaleza y el bienestar de todos. Hace algunos a&ntilde;os, desde los grupos ecologistas se propon&iacute;a un desaf&iacute;o sencillo: no deshacerse de ning&uacute;n envase pl&aacute;stico de todo eso que consumimos por al menos una semana. Eso fue lo que le sirvi&oacute; a muchos para dimensionar la verdadera escala de la tragedia, porque si una persona sola lograba acumular en siete d&iacute;as decenas de botellas de agua, detergente, bebida, gaseosa, unos cuantos potes de yogurt y varios packs de muchas otras cosas, la conclusi&oacute;n era obvia: est&aacute;bamos generando m&aacute;s materiales contaminantes de los que el planeta podr&iacute;a procesar. As&iacute; las cosas, la industria no tard&oacute; en detectar un nuevo fil&oacute;n: crear productos y servicios que respondieran a esa flamante mirada verde, ofreciendo objetos que se presentaran como m&aacute;s &ldquo;naturales&rdquo; &ldquo;biodegradables&rdquo;, &ldquo;respetuosos con el ambiente&rdquo; y un largo etc&eacute;tera. Sin embargo, ya en la d&eacute;cada de 1980 organizaciones internacionales como Greenpeace comenzaron a manejar un concepto poderoso que hasta hoy resuena: greenwashing. Su traducci&oacute;n (lavado o enjuague verde) habla precisamente del truco que encierra esta avanzada del marketing que, dicho muy brevemente, busca promocionar como ecol&oacute;gicos y sustentables productos y servicios que claramente no lo son. Seg&uacute;n Pilar Assefh, periodista especializada en temas ambientales y parte de Periodistas por el Planeta: &ldquo;Hoy es bastante dif&iacute;cil escapar del greenwashing. Est&aacute; en todos lados y en todas las industrias. Incluso hay petroleras que venden productos que catalogan como &acute;carbono neutrales&acute; cuando la quema de combustibles f&oacute;siles es el principal responsable (hist&oacute;rico y presente) de las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta. Ahora bien, esto afecta nuestros consumos solo en la medida en que nos interese limitar nuestro impacto socioambiental&rdquo;, alerta.

&ldquo;Como consumidores, es importante no dejarse llevar por aquello que las marcas nos dicen de s&iacute; mismas. Hay que investigar, informarse y leer etiquetas&rdquo;. PILAR ASSEFH

As&iacute; las cosas, hoy desde el turismo hasta la gastronom&iacute;a, pasando por la indumentaria o la belleza, todo puede caer en las trampas del &ldquo;lavado verde&rdquo; y por eso, para tomar mejores decisiones de compra, la clave pasa por conocer los criterios a tener en cuenta para elegir (o descartar) alg&uacute;n objeto o pr&aacute;ctica. Especialmente ahora que, de la mano de la denominada eco guilt o eco culpa, la sensaci&oacute;n de estar haciendo algo mal en relaci&oacute;n al cuidado de nuestro mundo, el camuflaje verde no para de crecer.&nbsp; &ldquo;Como consumidores, creo que es importante no dejarse llevar por la primera impresi&oacute;n o por aquello que las marcas nos dicen de s&iacute; mismas. Hay que investigar, informarse y leer etiquetas. Y, claro, siempre antes de comprar, preguntarnos si esto es algo que realmente necesito o no&rdquo;, dice Assefh. A continuaci&oacute;n, cinco criterios clave para tener en cuenta a la hora de comprar:
. Trayectoria y experiencia. Las firmas realmente comprometidas con el cuidado del ambiente son &ldquo;creyentes de la primera hora&rdquo;. Dicho de otra manera, se trata de empresas que hist&oacute;ricamente han sido respetuosas del planeta, que no han desarrollado procesos destructivos (talado de bosques, contaminaci&oacute;n de r&iacute;os y lagos, explotaci&oacute;n insostenible de minerales, etc.) en sus lugares de producci&oacute;n y que, en definitiva, no son reci&eacute;n llegadas al debate ambiental. A sospechar de todas aquellas firmas y productos hist&oacute;ricamente indiferentes y hoy sumados a la &ldquo;ola verde&rdquo;. Un frasco verde o una hoja estilizada no significan absolutamente nada si el compromiso empieza y termina en una cuesti&oacute;n de dise&ntilde;o. En ese sentido, las p&aacute;ginas institucionales, las redes sociales y tambi&eacute;n una revisi&oacute;n de las noticias publicadas sobre cada empresa son irremplazables a la hora de saber qui&eacute;n es qui&eacute;n en este segmento.&nbsp;
. Lupa sobre los ingredientes. A menudo la composici&oacute;n de los productos que utilizamos no es un tema que nos ocupe demasiado tiempo. Pero cuando aprendemos que las &ldquo;perlas&rdquo; de la mayor&iacute;a de los exfoliantes son en realidad micropl&aacute;sticos que ingresar&aacute;n al ambiente para ya no salir; que los aceites minerales (como el Ceresin, el Petrolatum o el Ozokerite)&nbsp; son derivados del petr&oacute;leo &ndash;por lo que su consumo favorece a la industria de los combustibles f&oacute;siles, adem&aacute;s de impactar en nuestra salud&ndash;; o que el aceite de palma (el aceite que, por costo y aplicaciones, es el m&aacute;s usado del mundo) avanza dejando a su paso una estela de desforestaci&oacute;n y masacre de animales (los oranguntanes, entre ellos), suele llegar la hora de la conciencia y de las decisiones informadas. Si se revisan con atenci&oacute;n las f&oacute;rmulas hay trampas de greenwashing en las que ya no se va a volver a caer. &iquest;Otros ingredientes a evitar? Los parabenos (sustancia conservante utilizada en muchos productos de belleza y asociada a diferentes formas de c&aacute;ncer), los colorantes sint&eacute;ticos y las siliconas (como la Dimeticona o la Ciclometicona, tambi&eacute;n derivadas de hidrocarburos) son una bandera roja a la hora de comprar.&nbsp;
. El envase s&iacute; importa.&nbsp; A diferencia de los envases de vidrio que alguna vez fueron los m&aacute;s usados, hoy son los pl&aacute;sticos los reyes del packaging. &iquest;Con qu&eacute; resultados? Una verdadera crisis que tiene facetas tan inquietantes como la detecci&oacute;n de pl&aacute;sticos en el cord&oacute;n umbilical de beb&eacute;s o en la leche materna. Muchas firmas &ndash;en su af&aacute;n por camuflar pr&aacute;cticas poco sostenibles&ndash; aplican sobre sus contenedores un sello de reciclado, un dise&ntilde;o de hojita, un color verde o cualquier otra cosa que connote &ldquo;naturaleza&rdquo; sin revelar con claridad y exactitud qu&eacute; porcentaje del envase que estamos adquiriendo ha sido efectivamente reciclado. Para eso, el Instituto Nacional de Tecnolog&iacute;a Industrial (INTI) lanz&oacute; hace alg&uacute;n tiempo una certificaci&oacute;n llamada <a href="https://ecoplas.org.ar/site2020/wp-content/uploads/2022/08/Infografia-ecoplas-1.pdf">INTI-Ecoplas</a>. &ldquo;Se trata de la primera certificaci&oacute;n en Argentina que avala la trazabilidad y proporci&oacute;n de un m&iacute;nimo de 15 % de contenido de material pl&aacute;stico reciclado en productos finales. Busca brindar reconocimiento a empresas y organizaciones que contribuyan a la econom&iacute;a circular&rdquo;, explican en INTI.
. Siga a ese conejo. &iquest;Qui&eacute;n no recuerda a Save Ralph, la campa&ntilde;a contra el testeo en animales que nos hizo llorar en 2021? La acci&oacute;n fue un &eacute;xito absoluto, desde ese d&iacute;a muchas consumidoras comenzaron a exigir maquillaje &ldquo;cruelty free&rdquo; (libre de crueldad) y tambi&eacute;n a buscar el s&iacute;mbolo del conejo en los envases de cosm&eacute;ticos. Tambi&eacute;n, muchas marcas de belleza comenzaron a entender que los procesos de evaluaci&oacute;n de seguridad de muchos de sus productos deb&iacute;an ser revisados. De hecho, en Europa el uso de animales para testeos de cosm&eacute;ticos est&aacute; prohibido desde 2009. En caso de dudas lo mejor es revisar la pagina web de organizaciones como Te Protejo (<a href="https://ongteprotejo.org/ar/marcas-cruelty-free/">https://ongteprotejo.org/ar/marcas-cruelty-free/</a>) que menciona a las marcas de cosm&eacute;tica libres de crueldad en Argentina.&nbsp;
. Cadenas de valor. &iquest;De d&oacute;nde viene esto que compro? &iquest;Qui&eacute;n lo produjo? &iquest;Con qu&eacute; clase de semillas? &iquest;En qu&eacute; condiciones? La persona que cort&oacute;, cosi&oacute; o embal&oacute; mi camisa, &iquest;recibi&oacute; un pago justo por hacer esta prenda, este producto, esta artesan&iacute;a? Aqu&iacute; es justamente donde la idea de &ldquo;lavado verde&rdquo; o greenwashing se cruza con cuestiones sociales y de derechos humanos, y el punto en el que muchos consumidores y consumidoras se inclinan a favor de las marcas no solo ambiental sino tambi&eacute;n socialmente responsables. Hoy es m&aacute;s f&aacute;cil que nunca revisar c&oacute;mo act&uacute;an las empresas en las que decidimos invertir nuestro dinero. Y la buena noticia es, tambi&eacute;n, que hoy las redes sociales funcionan como un vig&iacute;a implacable para las empresas que no sostienen con actos lo que dicen con su publicidad. Porque no todo es verde, no todo es &ldquo;eco&rdquo;, no todo es reciclado. Pero, con partes iguales de mirada atenta y buena informaci&oacute;n, estamos en mejores condiciones que nunca para separar el espejismo de la realidad.&nbsp;&nbsp;

LA ARTISTA: Las obras que ilustran esta nota pertenecen a Romina Orazi, una artista que aborda la problem&aacute;tica del cambio clim&aacute;tico, los desastres naturales y sus consecuencias sociales, pol&iacute;ticas y ambientales. En sus trabajos incorpora desde microorganismos hasta lenguajes art&iacute;sticos tradicionales, proyectos colaborativos y acciones de siembra. <a href="https://www.instagram.com/rominaorazi/">@rominaorazi</a>

No todo lo que reluce es verde

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