El nuevo libro de la periodista Virginia Mej&iacute;a retrata la vida de la modelo y actriz argentina. Publicado por Editorial Metr&oacute;polis.

&ldquo;Adem&aacute;s de ser un mito Chunchuna Villafa&ntilde;e es la t&iacute;a de mi marido&rdquo;, advierte la autora en el pr&oacute;logo, y esa cercan&iacute;a se percibe en cada relato, en cada an&eacute;cdota, en cada recuerdo. Desde esa afectividad, que es al mismo tiempo un privilegio y un gran compromiso, las p&aacute;ginas despliegan distintos episodios biogr&aacute;ficos recreados a trav&eacute;s de una memoria compartida entre ambas mujeres.
El mundo Chunchuna es fascinante. No solo por los recorridos de quien supo ser la modelo top de la edad de oro de la publicidad argentina, sino tambi&eacute;n porque en sus historias de vida se entrelazan la cultura, la moda, el arte y la pol&iacute;tica de nuestro pa&iacute;s.&nbsp;
Nieta de un noble europeo, su apodo proviene de Chonchona, que en uno de los dialectos italianos significa mu&ntilde;eca. A pesar de este encumbrado linaje, Chunchuna siempre marc&oacute; diferencias con su clase alta de origen. Muchas de sus elecciones se alejaron del libreto conservador esperado para una joven formada en colegios de elite, que pasaba los veranos en el club h&iacute;pico de Buenos Aires y era habitu&eacute; del C&iacute;rculo Militar de Olivos.&nbsp;
Acaso intuyendo la importancia de la autonom&iacute;a econ&oacute;mica para las mujeres, Chunchuna empez&oacute; a trabajar siendo muy joven en el Correo Central, mientras cursaba la carrera de Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. En paralelo, llegar&iacute;an los primeros trabajos como modelo.
Entre 1960 y 1976 Chunchuna fue protagonista de cientos de publicidades graficas y televisivas. Algunas de las m&aacute;s recordadas fueron las campa&ntilde;as para las marcas Sylvapen, Gillete y Noel. Su elegancia y su cautivante belleza tambi&eacute;n la convirtieron en una afamada mannequin sobre las pasarelas. Aquel mundo glamoroso, sin embargo, ten&iacute;a como contracara ciertas injusticias que Chunchuna busc&oacute; combatir con AMA, la Asociaci&oacute;n Argentina de Modelos. Con la participaci&oacute;n de Ante Garmaz y Claudia Sanchez, fue la primera gremial de este tipo en Argentina.&nbsp;
Chunchuna proclama que &ldquo;todo el mundo tiene responsabilidad social y pol&iacute;tica&rdquo;. Su militancia en el peronismo revolucionario la llev&oacute; a colaborar con el Padre Mugica en la Villa 31 de Retiro. En la d&eacute;cada del 70, muchas figuras del espect&aacute;culo comulgaban con esas ideas. Chunchuna fue una de las convocadas a integrar la comitiva que acompa&ntilde;&oacute; a Per&oacute;n en su regreso a Argentina luego de su exilio en Espa&ntilde;a. En ese viaje, comparti&oacute; vuelo con Leonardo Favio, Marilina Ross, Juan Carlos Gen&eacute; y H&eacute;ctor C&aacute;mpora, entre otras personalidades.
Durante la dictadura militar de 1976 se vio forzada a dejar el pa&iacute;s junto a su pareja, el cineasta Pino Solanas, y sus dos hijas In&eacute;s y Juana Molina. Los a&ntilde;os del exilio en Par&iacute;s fueron duros. Chunchuna abri&oacute; una boutique, El Almac&eacute;n, donde vend&iacute;a ropa de segunda mano que le llegaba desde Londres. Tambi&eacute;n hac&iacute;a sus propios dise&ntilde;os y fabricaba sweaters artesanales. Un d&iacute;a, mientras caminaba la ciudad, se cruz&oacute; con un socio de Yves Saint Laurent, que ofreci&oacute; comprarle su tapado. Era un abrigo de lana y retazos hilvanados por ella misma, inspirado en las prendas prehist&oacute;ricas. Ante su negativa, el hombre le dio su tarjeta y sigui&oacute; su camino. Tiempo despu&eacute;s, Chunchuna vio su dise&ntilde;o en los locales de la marca. &ldquo;Sin mi autorizaci&oacute;n&rdquo;, aclara.
Volvi&oacute; a Buenos Aires junto con la democracia. Fue entonces cuando empez&oacute; a desarrollar una prol&iacute;fica carrera como actriz. El reconocimiento por esta nueva faceta profesional no tardar&iacute;a en llegar. Su papel en La Historia Oficial, primera pel&iacute;cula latinoamericana en ganar un &Oacute;scar, result&oacute; un verdadero hito en su trayectoria.&nbsp;
Adem&aacute;s de las actuaciones en cine, Chunchuna protagoniz&oacute; exitosos programas de televisi&oacute;n y trabaj&oacute; con directores teatrales, como Agust&iacute;n Alezzo y Jos&eacute; Mar&iacute;a Muscari. Su &uacute;ltima pel&iacute;cula, disponible a trav&eacute;s de un c&oacute;digo QR incluido en el libro, la muestra rodeada de plantas y libros, leyendo una carta de amor. Esa misma sensibilidad es la que transmite esta biograf&iacute;a, que logra captar el esp&iacute;ritu de una mujer que se atrevi&oacute; a ser libre y dej&oacute; su impronta &uacute;nica en la cultura argentina.&nbsp;

Tapa de Revista Panorama, 14 de septiembre de 1970.

Archivo Editorial Abril. Buenos Aires, marzo de 1970

Archivo Editorial Abril. Invitada a formar parte de la comitiva que acompañó el primer regreso del general Perón a la Argentina luego de su exilio en España. Archivo Editorial Abril.

Lecturas: Chunchuna. Confesiones de un ícono pop

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