Hipnótica o el elogio del presente
Lo primero que impacta de Ciudad, la nueva canción de Hipnótica, es su espíritu orgánico: un sonido que no sólo contrasta con sus adelantos anteriores (Algo, Humedad), sino con buena parte del pop argentino actual. En eso mucho tienen que ver las voces de Nahuel Barbero y Hernán Ortiz, pero también la de la actriz y cantante Chiara Parravicini, que se suma a partir de la segunda estrofa.
El feat puede parecer algo llamativo, pero en el mundo de Hipnótica tiene total sentido: es habitual que alguna de sus canciones reclame un timbre femenino para realzar las melodías, una fortaleza que siempre caracterizó a esta dupla de vocalistas, músicos y productores que empezó en Río Tercero hace más de 10 años y hoy es uno de los proyectos más atractivos en el panorama nacional orientado hacia la canción.
¿Cómo se dio la alianza con Chiara?
Nahuel: Se la propusimos nosotros. Estábamos trabajando esa canción con Mariano (Otero) y Benja (López Barrio), los productores, y teníamos una estrofa que creíamos que iba bien con un timbre femenino. Por la tesitura vocal, a mí me quedaba un poco alta. En ese momento, tanto el flaco (Hernán) como yo estábamos muy copados con Lloro, de Chiara, que la produjo Mariano. Y se me ocurrió que podría ser una buena participación. Mariano nos conectó con su mánager y ella se copó, escribió su parte. Todo en plena pandemia, nos conocimos por Zoom.
La canción tiene aires de soul y r&b, ¿qué artistas les sirvieron de inspiración?
Nahuel: Circles de Mac Miller fue una referencia en el estudio. Además nosotros escuchamos mucho Daniel Caesar, Mac Ayres, SZA, Chance The Rapper, toda la crew de Tyler, The Creator. Hay de esas influencias en el nuevo disco. Es la primera vez que nos animamos a meternos de lleno con ese mundo, más allá de que vos sabés bien que es música que escuchamos desde siempre.
Las tres canciones que adelantaron tienen diferentes productores. ¿Eso no puede atentar contra la unidad del disco que caracterizó a Hipnótica?
Nahuel: Es algo que hemos charlado bastante, pero no sé si atentar es la palabra. Quizás Ciudad es lo que más se separa sonoramente del resto del disco, pero lo merecía. Al menos eso nos pareció, porque es más orgánica, es una producción distinta. Lo charlamos con Mariano y Benja, ameritaba que así fuera. Así lo pedía la canción. Por otra parte, con el flaco nos convencimos de que lo que genera la unidad es la esencia vocal, es lo que unifica todo. Por supuesto que trabajar con distintos productores, incluso distintos ingenieros de mezcla, hace que todo sea un poco menos homogéneo, pero es parte de la búsqueda, nos permitió llegar a lugares a los que nunca habíamos entrado. Ya soltamos ese miedo a perder la unidad. Las canciones pertenecen a una misma época, y eso también las unifica.
¿Cómo describirían esa “esencia vocal”? Hay elecciones muy conscientes de las voces en cada parte de las canciones.
Nahuel: Aprendimos a cantar de a dos. Cuando hicimos Hipnótica, los dos éramos cantantes y compositores, y se daba esa interacción vocal. Pasa algo cuando escuchás más de una voz, algo físico, que es muy especial. Eso es lo que nosotros, sin querer, logramos: nuestras voces sonando juntas son más cautivantes que sonando por separado. Y eso hace que todo lo que pasa atrás, en algún punto, llegue a ser secundario. El alma de las canciones está presente ahí. Además, somos muy fans de la voz como instrumento.
Hernán: Es medio una rareza y nos aferramos a eso. Que sean dos leads y no sólo un coro, es una conjunción de dos melodías. Muchas canciones pierden fuerza si no está una de las voces.
En las letras de Hipnótica hay una idea que suele repetirse: vivir el momento. Está en Fluir, en Presente perfecto… El estribillo de Algo incluso pareciera resignificarse a partir de la pandemia: “Si después de tanto andar/ No llego a ningún lugar/ Prefiero gozármela el tiempo que me queda”.
Nahuel: Fue escrita antes, pero tuvo una resignificación grande con el volantazo del mundo. Siento que en el estribillo la canción se parte en dos. Está la primera parte, con un tinte de resignación, hasta de bronca, y la segunda mitad es como una oda al placer. Aplica a muchas situaciones, desde disfrutar de tu familia hasta no saber qué sigue de acá a tres meses. Básicamente, disfrutar el doble de cada cosa.
Hernán: Yo siento que es una evolución de ese mensaje común que encontrás en canciones anteriores, desde una perspectiva menos naif. Por ejemplo, Fluir es un mantra optimista. Y en este caso, hay algo más maduro, que con la pandemia adquirió un significado más contundente.
Nahuel: Son también planteos de relaciones adultas.
Hace algunos días se cumplieron 10 años de su debut en Cosquín Rock, allá por 2011. Si hoy tuvieran la posibilidad de hablar con esos pibes que fueron alguna vez, ¿qué les dirían?
Nahuel: Comprá dólares (risas). Hablando en serio, les diría keep going.
Hernán: Confiá en la intuición más que en cualquier otra cosa. En el camino entran en juego muchas otras cuestiones, interfieren otras cosas, pero lo importante es enfocarse en hacer todo lo mejor que puedas.
Nahuel: Hoy tenemos más información para decirles a esos pibes. Nos podríamos ahorrar algunas malas decisiones. Pero todo tuvo sentido en nuestra carrera para el lugar que tenemos hoy. Me gusta no haber acortado ninguna parte del camino, no haber tenido que negociar con nada que no haya querido para llegar a donde estamos hoy, a punto de editar nuestro cuarto disco. Y eso no está nada mal, ¿no?.